La importancia del silencio y de escucharnos a nosotros mismos
Es un momento para hacer un recorrido en el que pasaríamos de las cosas que nos agradan hasta las que nos causan malestar.
Por Alfonso Ricaurte Miranda
“Pocas veces nos tomamos tiempo para hacer un silencio, refugiarnos en nuestro interior y conversar con nosotros mismo, pero dejando que la verdad aflore con la imparcialidad inviolable del alma”.
No solemos tomarnos ese tiempo ni ese espacio para hablar con nosotros mismos, reflexionar sobre como actuamos o pensamos y mucho menos nos detenemos hacer ese mismo ejercicio, para conocer mejor a nuestra pareja o seres queridos.
Y no lo hacemos o lo hacemos muy esporádicamente porque nos dejamos llevar por la inmediatez de los nuevos tiempos en los que nos sentimos obligados a responder ante determinada situación, de acuerdo con el auge de las tecnologías y las nuevas tendencias.
Con este actuar contradecimos una de nuestras principales características como seres humanos, como es la de poder reflexionar sobre nosotros mismos y las situaciones que nos rodean.
Particularmente pienso que no lo hacemos porque hemos perdido la costumbre o porque nunca la hemos tenido, a pesar de que acudir a esos tiempos de reflexión, de esos silencios en los que conversamos con nosotros mismos sin el convencionalismos de las palabras, es un ejercicio de conocimiento en el que aprenderíamos a conocer más profundamente todos los momentos vividos o por vivir.
Un recorrido en el que pasaríamos de las cosas que nos agradan hasta las que nos causan malestar.
Callando nosotros, escucharemos a nuestro interior indicarnos con objetiva certeza, qué nos pone triste o qué no causa enfado; qué nos despierta ternura o amor, en fin qué mueve nuestros sentimiento y emociones y podremos con esta información, mejorar o corregir nuestra actuación frente a ellas.
No hacer este ejercicio de reflexión interior, este silencio didáctico, nos convierte en meros observadores de nuestros propios actos, actores pasivos de nuestra propia existencia.
Pongo en práctica parte de lo hasta aquí expuesto silenciando este escrito para que lean y escuchen El silencio, de mi libro El Secreto de Hilda, siguiendo con el ciclo de poemas en el que estamos.
Silencio
Regálame un silencio tuyo, uno de esos tan sinceros y diáfanos en los que la verdad aflora amparada en la intimidad inviolable del alma.
Conversemos allí sin la certeza de las palabras y dejemos que el sonido de nuestro silencio manifieste la esencia de nuestro interior, la sinceridad de nuestro pensamiento y el inequívoco reflejo de nuestros sentimientos.
Disfrutemos del seductor silencio que expresa el deseo que la pasión de nuestros cuerpos confirma e incluso aquel silencio denso e indiferente con el que nos damos la espalda y nos alejamos cuando nos enfadamos.
Te regalo un silencio mío, uno de esos tan sinceros y diáfanos con los que mi alma te dirá cuánto te amo.
Hasta la próxima
Más poemas y cuentos del autor en el libro El Secreto de Hilda. Adquiérelo en Barranquilla en la Calle 80 No, 67-55 esquina